sábado, 2 de mayo de 2009

LA ESENCIA CHAMÁNICA Y EL REINO DE LA LUZ - La visión chamánica


La visión chamánica


José Antonio Iniesta

La interpretación de la vida desde un punto de vista chamánico, y el desciframiento que nos ofrece esta visión de las señales del Universo, son algunos de los gozos más elevados a los que puede acceder un ser humano.
Toda una legión de seres que atravesaron el velo del espejismo de la tercera dimensión, de esto que burdamente reconocemos como realidad, nos ofrecieron las claves secretas para acceder, a través de un sendero de luz, a la multiplicidad de dimensiones que existen, a los distintos planos, a ese conjunto de rutas cósmicas que nos llevan a una comprensión de la existencia desde múltiples puntos de vista.
La práctica chamánica, entendiendo que la Tierra es un ser vivo, con consciencia, que experimenta su propio proceso de evolución espiritual, y que todo, absolutamente todo, es manifestación de un orden elevado, que vibra y se expresa a través de distintas frecuencias, con una variedad inmensa de seres mágicos de la naturaleza, nos permite acceder a la armonía generada desde el comienzo de todo cuanto existe.
La visión chamánica no sólo nos permite acceder al prodigio de múltiples mundos paralelos, de fenómenos asombrosos que pasan desapercibidos al común de los mortales. Por encima de todo, nos ofrece la oportunidad de experimentar la realidad con una complejidad enorme, que paradójicamente se manifiesta con la sencillez de quien comprende, cuando ve, no con los ojos físicos, sino con los del alma, tan sólo con que se produzca una experiencia de iluminación, que todo responde a un plan superior perfectamente estudiado. Es en estos momentos cuando se produce uno de los acontecimientos más gozosos a los que nos lleva este camino: la comprobación de que no hay nada que nos sea ajeno, que todo forma parte de un Orden que es fruto del Amor, de las leyes cósmicas. Es entonces cuando una oleada de amor y felicidad nos inunda por completo y descubrimos la coherencia de cada una de las afirmaciones de los grandes místicos de todos los tiempos, culturas y religiones. Estas experiencias suelen ser inefables, y por lo tanto no hay palabras para expresarlas, al menos como uno quisiera, y acaban transformando por completo la personalidad del que las experimenta.
Con este seminario pretendo compartir con todos aquellos que lo deseen las distintas técnicas, experiencias y enseñanzas que me han permitido comprobar la existencia de eso que denominamos el reino de los cielos.
El viaje interior, propiciado también por infinidad de viajes a distintos lugares del planeta, donde he tenido la oportunidad de conocer, convivir y hermanarme con los guardianes del conocimiento de las más diversas culturas, clanes y linajes, me ha dado la oportunidad de vivir experiencias asombrosas que agradeceré toda mi vida, no sólo a las personas que me permitieron convivir con ellas, que me transmitieron su legado ancestral, sino a la inmensa variedad de seres de luz que están por encima de ellos, los que planifican desde arriba el proceso evolutivo de la especie humana.
Las experiencias son necesarias, como forma de conocer empíricamente, personalmente, aquello que nos abre las puertas del entendimiento, pero han de ser consideradas sólo como mojones en el camino, referencias básicas o señales para seguir caminando, siempre abiertos a transformar nuestra actitud, a refinar los sentimientos, a pulir aquello que todavía no ha alcanzado en nosotros la pureza adecuada.
Con el propósito de vivir una experiencia mágica, no con afán de enseñar, sino de ayudar a recordar, porque todo esto que podemos compartir ya se encuentra en nuestra memoria celular, nos acercaríamos a uno de los grandes logros de la sabiduría maya, el de la respiración solar, que nos conecta con la fuerza, la energía y los códigos de luz del sol, Kinich Ahau, como parte de uno de los procesos más intensos y transformadores que he conocido a lo largo de mi vida.
El tambor chamánico también será fundamental en este encuentro, la magia del sonido capaz de activar la memoria interna, de equilibrar nuestros chakras y conectarnos con el corazón de la Madre Tierra.
Habrá encuentros en plena naturaleza con los árboles, en una zona bellísima, de suprema energía, como es la Sierra de Cazorla y la Sierra del Segura. Este paisaje rebosa belleza, pero también guarda un secreto para aquellos que saben ver: el de los elementales, la “Gente Menuda” que está al otro lado de esta realidad que percibimos, y que en las conexiones con el astral se manifiestan con una claridad sorprendente.
Será un encuentro para conocer, a través de la palabra, lo que hay y puede encontrar el viajero espiritual “al otro lado” gracias a los enteógenos, del espíritu de las plantas sagradas. Y de igual forma, la sabiduría de los mayas galácticos, que nos ofrecieron las claves para acceder a través del Kuxam Suum, “el cordón dorado de luz que comunica”, puro agujero de gusano de la Física Cuántica, a realidades que escapan por lo general a la mente humana.
También, en este encuentro, los participantes podrán ver, con sus propios ojos, y tocar con sus manos, las pruebas de un legado asombroso de los archivos akáshicos, fruto de un intenso trabajo personal que nos demuestra hasta qué punto la historia de la humanidad no es tal como nos la han contado. Es un sorprendente medio para descubrir que realmente se está produciendo la apertura de las bibliotecas físicas y etéricas de nuestro planeta, donde se guarda la memoria del proceso evolutivo de la Humanidad y los asombrosos logros de civilizaciones remotas, hoy desaparecidas.
La elaboración de un altar chamánico, como ofrenda a la Madre Tierra, y a los espíritus de la naturaleza: aire, fuego, tierra y agua, el poder de transmutación de la ruda, la liberación emocional a través de la música y de los sonidos interpretados con distintos instrumentos, la lectura de ciertos textos que provocan una apertura de conciencia, que nos guían para encontrar la senda que nos conduce a otras realidades, formarán parte de este encuentro que fundamentalmente pretende que abramos la mente, o que incluso la dejemos a un lado tal como la conocemos, para que así pueda volar libremente nuestro espíritu, y aflore todo ese conocimiento ancestral que está en nuestra sangre, que viaja con nosotros, desde tiempos inmemoriales, en nuestro cuerpo de luz.
La belleza de un paisaje indescriptible, único en la geografía española, los centenarios muros de un pueblo donde reina la armonía, encaramado a una elevada montaña, rebosante de historia y coronado por un castillo, se unirán a la magia de este encuentro que nos conectará con las profundas raíces de la Madre Tierra y del interior de cada ser humano que quiera vivir con plenitud esta convivencia que nos abrirá las puertas de la esencia chamánica y del reino de la Luz.

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